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EJE 3 IGUALDAD DE OPORTUNIDADES
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9. Logros y perspectivas de la salud en México
La política de salud en México es una política de Estado, fruto del esfuerzo y la voluntad de varias generaciones que han trabajado a fin de consolidar logros de enorme importancia en esta materia. Al legado de administraciones anteriores le acompañó un proceso de descentralización donde participaron los diferentes órdenes de gobierno —local, estatal y federal—, para alcanzar metas que parecían inalcanzables hace menos de una década. Entre las más destacadas está la cobertura universal de salud, que permite que todo aquel que lo requiera tenga acceso a médico, medicinas y tratamiento.
La política de salud ha debido adaptarse al cambio constante de la sociedad en nuestro país y a las relaciones cada vez más complejas e interdependientes en el ámbito internacional. Esto depara nuevos desafíos al Sistema Nacional de Salud; por ello, la oportuna respuesta ante imprevistos sanitarios, articulada desde la Secretaría de Salud, resulta de vital importancia. Las políticas implementadas por esta administración resultaron de la necesidad no sólo de ampliar el acceso a los servicios de salud a todos los mexicanos, sino también de mejorar su calidad. Por ello, las acciones en esta materia estuvieron enfocadas en mejorar las condiciones de salud de la población con calidad y seguridad; garantizar que la salud contribuyera al combate a la pobreza y al desarrollo del país; y en reducir las desigualdades mediante intervenciones focalizadas en grupos vulnerables y comunidades marginadas.
PANORAMA EN 2006
En todo el mundo, la creciente incidencia de enfermedades crónicas no sólo ha vulnerado la estabilidad de las estructuras financieras de los sistemas de salud, sino que también ha mermado la calidad de vida de la población. Sobre todo en países desarrollados, los cinco factores de riesgo que producen el mayor número de padecimientos son: niveles altos de colesterol, hipertensión arterial, obesidad, consumo inmoderado de alcohol y tabaquismo.
México, al atravesar por una transición epidemiológica, a la vez que enfrenta padecimientos propios de países en desarrollo —como la desnutrición— de manera creciente enfrenta también enfermedades como la diabetes o la obesidad, cuya incidencia es mayor en países desarrollados.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 señalaba que siete de cada diez mexicanos adultos presentaban sobrepeso y obesidad, que se asocian con padecimientos como diabetes e hipertensión arterial. Esta realidad exigió el desarrollo de estrategias para controlar los riesgos asociados a este problema, así como capacitar al personal de salud para atender a las personas afectadas.
En cuanto a cobertura de salud, no obstante las modificaciones constitucionales de 1983, las reformas a la Ley General de Salud en años recientes y la creación de mecanismos institucionales de protección social a la salud, hacia 2004 la cobertura mediante el Seguro Popular sólo beneficiaba a cinco millones de personas.
Desde el comienzo de esta administración se vislumbró —entre otros aspectos— que el futuro del país se fincaba en la salud de los más jóvenes. Ello, por supuesto, sin olvidar otros grupos poblacionales. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, impulsados por la Organización de las Naciones Unidas y signados por México, urgían a todos los países a disminuir las tasas de mortalidad materna e infantil. Si bien la mortalidad materna se había reducido en nuestro país, persistía el reto de reforzar la detección temprana y el tratamiento oportuno de complicaciones como la hipertensión o las hemorragias, mejorando el acceso a clínicas y hospitales, así como la calidad y la oportunidad en la atención del parto.
Otro desafío era el alarmante número de casos de cáncer en niños entre cinco y 14 años, una de las primeras causas de muerte en el país en este grupo de edad. La mayor incidencia radicaba en la leucemia, los tumores cerebrales y los linfomas.
Las enfermedades de rezago epidemiológico representaban 13% de las muertes en el país, y en los municipios de alta y muy alta marginación la tasa de defunciones llegaba a 21%. Las muertes por infecciones comunes, como las respiratorias agudas y las diarreas, se concentraban en los menores de cinco años, sobre todo en zonas rurales, lo que demandaba emprender acciones de salud para atender a aquellos excluidos parcialmente de los beneficios sociales y del acceso regular a servicios de salud.
La lucha contra el Virus de la Inmunodeficiencia Humana / Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH/SIDA) era y sigue siendo un foco de atención. México ocupa el tercer lugar de América y el Caribe en el número absoluto de casos, después de Estados Unidos y Brasil. Es fundamental continuar con la promoción intensiva de prácticas preventivas y la información oportuna, además del combate al estigma o la discriminación asociados a ese padecimiento.
Otro desafío importante que enfrentaba el Sistema de Salud mexicano radicaba en las elevadas tasas de accidentes viales. Las estadísticas, daban cuenta de miles de personas que en edad productiva, al sufrir graves daños a la salud o pérdida de la vida a causa de accidentes de tránsito, ocasionaban altos costos económicos y sociales a sus familias y al país. Se advirtió entonces la importancia de mejorar la prestación de servicios prehospitalarios y hospitalarios de atención de urgencias, así como promover acciones para la seguridad vial y la prevención de accidentes.
AVANCES Y TRANSFORMACIONES ENTRE 2006 Y 2012
Al inicio de la administración, muchos eran los retos en materia de salud planteados fundamentalmente por las transiciones epidemiológica y demográfica. En respuesta, se conformó el Programa Nacional de Salud 2006-2012, con base en el Desarrollo Humano Sustentable, objetivo medular que articula del Plan Nacional de Desarrollo, y que consiste, de acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en crear una atmósfera en que todos puedan aumentar su capacidad y las oportunidades puedan ampliarse para las generaciones presentes y futuras.
Con esta visión, se trabajó por hacer efectivo uno de los derechos fundamentales de la persona: el derecho a la salud, con la implementación de políticas públicas que respondieran a los imperativos de la gestión, así como a las diversas eventualidades que implicaron adaptarlas con velocidad e inteligencia.
La salud como mecanismo del combate a la pobreza y el desarrollo del país
Cobertura universal voluntaria
La salud es un componente fundamental en la construcción de equidad y cohesión social. Es así que se trabajó para garantizar, mediante el Seguro Popular, el financiamiento de un amplio paquete de servicios de salud a más de 52 millones de mexicanos que carecían de ellos.
El Seguro Popular y la afiliación voluntaria, consolidaron el derecho que todo mexicano tienen a la protección de la salud, establecido en la Constitución. Antes de alcanzar la Cobertura Universal en Salud, la población no derechohabiente sufragaba con sus propios medios la atención médica en un sistema público con financiamiento restringido. Hoy, en cambio, más de 107 millones de personas cuentan con respaldo médico, cualquiera que sea su condición laboral.
Esto fue posible en buena medida gracias a la reforma a la Ley General de Salud, a través de la cual se modificó la manera de financiar el Seguro Popular, pasando de un sistema de financiamiento en el que los recursos se canalizaban a las entidades federativas con base en el número de familias afiliadas a uno en el que los recursos se canalizan según el número de personas beneficiarias. Con esto se logró mayor equidad y eficacia económicas en la distribución del presupuesto entre las entidades federativas, y se consolidó la sustentabilidad del Seguro Popular. Igualmente, se amplió el número de enfermedades cubiertas por el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (FPGC) de 15 a 58 y se aumentó el Catálogo de Enfermedades Cubiertas por el Seguro (CAUSES), de 247 a 284.
Como parte del Seguro Popular, se conformó el programa Seguro Médico para una Nueva Generación, el cual reconoce el derecho pleno de todos los niños nacidos a partir del 1º de diciembre de 2006 que no tengan acceso a servicios de salud en alguna de las instituciones de seguridad social, a disfrutar de los beneficios de un seguro médico que cubre casi todas las enfermedades, incluyendo todos los tipos de cánceres y padecimientos especificados en el CAUSES. Mediante este seguro se garantiza también la afiliación de las nuevas generaciones al Seguro Popular desde la fecha de su nacimiento.
Con la estrategia Embarazo Saludable implementada en mayo de 2008, se extendió la atención a las enfermedades de los recién nacidos y sus madres al ofrecer consulta preventiva y de detección temprana de problemas relacionados con el embarazo.
Al alcanzarse la Cobertura Universal en Salud, México se convirtió en un referente internacional en cuanto a la protección a la salud.
Políticas de prevención en la salud
La prevención consiste en promover cambios de conducta y de cuidado de la salud personal. Entre otras medidas, incluye la activación física, una dieta equilibrada y la medición de la circunferencia abdominal, un mecanismo de alerta que ayuda a evitar y atender oportunamente enfermedades crónicas. La salud emocional es otro de los componentes importantes de la prevención.
El enfoque preventivo se colocó en el centro de las políticas públicas de salud para impactar en la cultura de la población y los profesionales de la salud, y así lograr trascender del enfoque curativo con el que fue diseñado el Sistema Nacional de Salud.
Derivado del Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, a partir de 2010 se contrataron en centros laborales y entornos escolares nutriólogos para promover buenos hábitos alimenticios e instructores que guiaran la actividad física. El propósito último fue lograr que la población modificara sus estilos de vida.
La escuela debe ser un ámbito donde se fomentan hábitos saludables para que los niños tomen conciencia de los riesgos para la salud asociados al sobrepeso y de la importancia de la prevención. Con el Programa Escuela y Salud, que impulsaron la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Salud, se fortalecieron las acciones dirigidas a la prevención del embarazo en adolescentes, haciendo énfasis en la sexualidad responsable y protegida. Además, a partir del mes de octubre de 2012 se aplicó la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) a niñas que cursan el 5º grado de primaria (11 años de edad).
Más de 7 503 escuelas se han incorporado al programa Escuela y Salud. Así, con esfuerzos conjuntos de la SEP y la Secretaría de Salud, se han realizado más de 3.5 millones de acciones preventivas y detecciones de los problemas más frecuentes en escolares como: agudeza visual y auditiva, infecciones respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, vacunación, trastorno por déficit de atención e hiperactividad y los relacionados con accidentes.
En lo que se refiere al VIH/SIDA, se cuenta con 70 Centros Ambulatorios para la Atención del VIH/SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS), donde operan programas de prevención, atención médica integral, promoción social y vigilancia epidemiológica de este síndrome e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), además de los 63 servicios de atención integral existentes en todo el país. La cobertura de tratamiento antirretroviral creció de 46 mil personas en 2007 a cerca de 77 mil que se estiman para diciembre de 2012.
Como parte de la atención a los adultos mayores, se creó el Instituto Nacional de Geriatría y se publicó una agenda para la investigación financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en áreas como la biología del envejecimiento, la gerontotecnología y las ciencias básicas y sociales.
Campañas de vacunación
Como parte de la estrategia de prevención, se introdujeron las Cartillas Nacionales de Salud Sectoriales, documento oficial en el que se registran las vacunas y se hace un seguimiento a la salud de la población. En enero de 2012 se incorporó la vacuna contra el virus del papiloma humano en la sección de Vacunación de la Cartilla Nacional de Salud de Adolescentes de 10 a 19 años y a partir de octubre se aplicó esta vacuna a niñas de 5º año de primaria y de 11 años de edad no escolarizadas. Durante el periodo 2006-2012, el grupo de hasta un año de edad registró coberturas de vacunación por arriba de 90% y el grupo de uno a cuatro años de edad se ha mantenido con coberturas superiores a 95 por ciento.
Sistema Mesoamericano de Salud Pública
Un ejemplo de cooperación internacional es el Sistema Mesoamericano de Salud Pública (smsp), creado en 2008 en el marco del Proyecto Mesoamérica, y que se integra por Panamá, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Guatemala y México. Su objetivo es enfrentar de manera directa problemas de salud como la desnutrición, enfermedades transmitidas por insectos, como el dengue y el paludismo, y mejorar la salud materno infantil. La meta es mejorar los sistemas de prevención de los países que conforman este mecanismo, fortaleciendo los programas de vacunación y los sistemas de vigilancia epidemiológica, mediante programas de formación y actualización dirigidos a funcionarios y profesionales de la Salud Pública.
Servicios de calidad y políticas de seguridad
Programas contra la obesidad
En los últimos años, México ocupa los primeros lugares del mundo en obesidad y sobrepeso, considerando todas las regiones, edades y grupos socioeconómicos del país. Debido a esta situación, la Secretaría de Salud implementó programas innovadores y dio continuidad a los que contribuían al combate a la obesidad y el sobrepeso.
El Programa México Sano (PROMESA), operado mediante el Sistema Federal Sanitario (SFS), promueve la alimentación saludable, informa las consecuencias y riesgos del sobrepeso y promueve estilos de vida saludables. Con el apoyo de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) se implementó este programa en restaurantes, comedores industriales y establecimientos con giro de alimentos en más de 12 estados y con el apoyo de universidades públicas y privadas. De esta forma, los establecimientos e instituciones se comprometieron a ofrecer opciones de alimentación saludables como parte de sus menús. Como parte fundamental de este Programa se estableció el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, que contiene lineamientos para el expendio o distribución de alimentos y bebidas en los planteles de educación básica. Entre las líneas de acción se contempla el incremento en el consumo de agua simple, verduras y frutas, así como alimentos industrializados con menor cantidad de azúcares, sodio y grasa. A la fecha, 80% de las escuelas venden alimentos preparados que no están fritos, 90% tienen disponible agua simple potable y 86% expenden verduras y frutas.
Asimismo, se han llevado a cabo actos deportivos y campañas como Balón naranja contra la obesidad, Poncha la obesidad y Lucha libre contra la obesidad, para proyectar una cultura saludable y combatir el sobrepeso. Existen importantes avances en la participación del sector industrial para combatir esta epidemia. Uno de ellos es el convenio firmado en julio de 2012 con la industria panificadora, para la reducción de sal en la elaboración de pan, con lo que se incide en la disminución del riesgo de obesidad e hipertensión en la población.
Esperanza de vida y mejoramiento de los indicadores de salud
En 2007 la esperanza de vida para la población del país era de 75 años. Un lustro después, ha ascendido a 75.7 años. En el caso de los hombres, ha pasado de 72.6 a 73.4 años y en el de las mujeres de 77.4 a 78.1 años en ese periodo. En los últimos tres años, la mortalidad materna ha retomado su tendencia descendente, al bajar de 62.2 en 2009 a 51.5 muertes por 100 mil nacidos vivos en 2010. De igual forma y de acuerdo con las proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), la mortalidad infantil en México será de 2.5 defunciones por cada mil nacidos vivos entre 2007 y 2012, pasando de 15.7 a 13.2 defunciones de menores de un año por cada mil nacidos vivos. Para disminuir la mortalidad materna durante el proceso de gestación, se ha consolidado la atención del parto en instituciones de salud con una cobertura de 95% y atención gratuita con la puesta en
marcha del programa Embarazo Saludable.
Con el Convenio General de Colaboración para la Atención de Emergencias Obstétricas, se brinda la atención a las pacientes aun sin ser derechohabientes de las instituciones que las atienden. Otra de las acciones orientadas a reducir la mortalidad materna es la certificación y profesionalización de las parteras tradicionales. Como parte de la estrategia nacional para el mejoramiento de la atención y de la calidad de los datos, continúa la Búsqueda Intencionada y Reclasificación de las Muertes Maternas; cada deceso se investiga y se analiza con el fin de detectar los factores asociados al fallecimiento, establecer medidas de prevención oportuna e impactar de manera eficaz en la reducción de esta mortalidad.
Para dar mayores oportunidades de supervivencia a quienes están en espera de un órgano donado, se fortaleció el Programa Institucional de Donación y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por medio del cual se realizan cinco tipos de trasplantes: renal, de córnea, de médula ósea, cardiaco y hepático. Los trasplantes realizados en el IMSS aumentaron en 32.6% de 2007 a 2011, siendo los de riñón 75% del total.
La pandemia de influenza A(H1N1)
México pasó por momentos de crisis epidemiológica en abril de 2009 cuando se detectaron los primeros casos de influenza A(H1N1), cuya naturaleza la convertía en riesgo de volverse pandemia. Una vez que se reconoció la enfermedad y su agente causal, se tomaron medidas de carácter preventivo a fin de salvaguardar la salud de la población. Desde un inicio, el gobierno actuó con decisión, proporcionando siempre la información necesaria de manera oportuna, clara y transparente. Como parte de un gran esfuerzo de prevención, se suspendieron temporalmente las clases en todo el país, se recomendó no asistir a espacios públicos cerrados y se promovieron medidas higiénicas preventivas como el uso de cubrebocas y el lavado frecuente de manos. Además, se informó a la población sobre los síntomas de la enfermedad y las señales de agravamiento. Gracias a que el gobierno tomó estas medidas, a la respuesta de la sociedad —que especialmente a través del sistema educativo involucró a las comunidades escolares— y a la administración oportuna de antivirales que controlaron a la mayoría de los enfermos con complicaciones, se puso fin a la alarma mundial en corto tiempo. Posteriormente, se mantuvo un control epidemiológico y se adquirieron y aplicaron 30 millones de dosis de la vacuna específica.
En la Reunión de alto nivel: lecciones aprendidas de la influenza A(H1N1), celebrada en Cancún, Quintana Roo, la Organización Mundial de la Salud reconoció los esfuerzos institucionales realizados en México para contar con un plan de contingencia que permitió afrontar el peligro de pandemia y estar así mejor preparados para futuras emergencias.
Integración del sector salud
Como parte del proceso de creación de un Sistema Único de Salud, se formalizó el primer acuerdo de intercambio de servicios entre el IMSS, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y los servicios estatales en Baja California Sur. Con este primer acuerdo se da un paso más hacia la implementación de servicios homologados de salud en todo el país, a fin de que las instituciones amplíen la capacidad de atención médica con la instauración de un lenguaje clínico, jurídico y financiero común.
El Sistema Nacional de Información Básica en Materia de Salud forma parte del acuerdo para homologar los servicios de salud en todos los estados. La plataforma tecnológica de este sistema registra a los usuarios de los servicios médicos de todos los institutos de salud, reporta padecimientos más comunes, así como los recursos humanos y materiales con los que cuenta el Sector Salud para atenderlos.
Además de la integración de los servicios de salud, se apuntaló la infraestructura del Sistema Nacional de Salud por medio de la construcción de más de 1 200 nuevos hospitales, clínicas o centros de salud y la remodelación de 2 500 más. Entre las principales obras están el Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca, la nueva unidad de cáncer de mama del Instituto Nacional de Cancerología, el edificio del Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica, el Instituto Nacional de Medicina Genómica, el Hospital General con Especialidades Juan María de Salvatierra y el Hospital Psiquiátrico Samuel Ramírez.
En los últimos seis años se amplió la atención a través de obras en 546 Unidades de Especialidades Médicas (UNEMES) y en Hospitales Regionales de Alta Especialidad (HRAE). También aumentó el número de unidades de hospitalización y consulta externa. Como evidencia de la atención que recibió la salud durante este gobierno, el presupuesto del sector creció de 236 mil millones de pesos en 2006, a poco más de 435 mil millones de pesos en 2012. Mientras que el gasto total en salud como porcentaje del PIB pasó de 5.1% en 2000 a 6.6% en 2011.
Regulación sanitaria
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) ha vigilado la calidad del agua de los sistemas de abastecimiento, tanto en la eficiencia de cloración como en la cobertura de la población sin riesgo por consumo de agua. Las visitas de verificación sanitaria en establecimientos de atención médica han promovido medidas de seguridad y suspensiones temporales, al tiempo que han constatado buenas prácticas en otros espacios dedicados a la fabricación y distribución de medicamentos. También se colocaron en todo el país 810 contenedores para medicamentos caducos y así prevenir riesgos sanitarios derivados de un desecho inadecuado.
Con la Estrategia de Liberación de Genéricos para el Ahorro de las Familias Mexicanas, se liberaron 148 registros de medicamentos genéricos correspondientes a 20 sustancias activas con las que se atienden cerca de 59% de las causas de mortalidad y que representan ahorros acumulados de 11 985 millones de pesos en cuatro años, recursos con los que el sector público atenderá adicionalmente a 750 mil pacientes, en este lapso de tiempo. Además, se liberaron más de 10 593 registros sanitarios de medicamentos, abatiendo así el rezago existente en la materia.
A fin de evitar peligros para la salud de los consumidores, se realizaron operativos de combate a la ilegalidad en establecimientos productores y comercializadores de bebidas alcohólicas. Se llevaron a cabo acciones regulatorias en la publicidad de bebidas alcohólicas y tabaco, con lo que se logró suspender la promoción del consumo inmoderado de tales sustancias, así como mensajes carentes del permiso o leyenda precautoria sobre su uso. Con las modificaciones a la Ley General de Salud (LGS) en materia de publicidad, se eliminó la publicidad engañosa de “productos milagro” y se aseguraron más de 112 mil productos irregulares, en un año y medio.
Estas acciones contribuyeron a que la Organización Panamericana de la Salud otorgara a la Cofepris en julio de 2012 la certificación de Autoridad Reguladora Nacional de Referencia Regional, reconocimiento que constituye un importante legado para la salud pública en México.
Atención a grupos vulnerables y comunidades marginadas
Caravanas de la Salud
Para dar continuidad a los esfuerzos emprendidos en beneficio de las comunidades rurales, se implementó el programa Caravanas de la Salud, enfocado a llevar servicios de salud a poblaciones con los niveles más altos de marginación, sin que la accesibilidad geográfica fuera un impedimento para proporcionarlos. De enero de 2007 a mayo de 2011, se incorporaron más de 1 400 unidades móviles equipadas para llegar un mayor número de veces a localidades alejadas y de difícil acceso. Vacunaciones, consultas de medicina general y odontológicas, beneficiaron a las comunidades pertenecientes a los 125 municipios con menor índice de desarrollo humano y a más de mil municipios y 17 914 localidades, donde se atendieron millones de personas que habitan en comunidades aisladas.
La atención de la salud en los grupos indígenas
Una de las líneas de acción del Programa Nacional de Salud 2007-20012 establece la necesidad de impulsar una política integral para la atención de la salud de los pueblos indígenas. La afiliación al Sistema de Protección Social en Salud fue esencial en este sentido, y permitió que durante esta administración más de cinco millones 374 mil personas que habitan en los 530 municipios con 40% o más de población indígena quedaran protegidos. La campaña de difusión implicó la transmisión de cápsulas en 52 variantes de 30 lenguas indígenas.
Mediante el programa de Madrinas Comunitarias para la Disminución de la Mortalidad Materna, se llevaron a cabo acciones en para incrementar la asistencia de las mujeres a los servicios de salud durante el embarazo, el parto y el puerperio. Igualmente, se promovió la identificación de señales de alarma obstetricia para poder brindar atención médica emergente a las mujeres embarazadas de manera oportuna. Durante esta administración, el programa se implementó en 210 municipios para brindar atención casi 13 mil mujeres. Otra de las medidas para mejorar la atención a la salud materna para este grupo fue la adopción de prácticas médicas de los pueblos indígenas, tal como la incorporación de la posición vertical durante el parto, la participación de parteras tradicionales (desde la década de 1990) y la construcción de temazcales en los hospitales mixtos.
En lo que se refiere a medidas contra la desnutrición, se estableció un programa de apoyo nutricional para niños de seis a veintiún meses y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Entre 2007 y 2012 se dio cobertura en la suplementación de micronutrientes a más de 504 mil niños y mujeres indígenas.
El convenio de colaboración suscrito el 7 de marzo de 2012 entre la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y la Secretaría de Salud se orientó a apoyar proyectos de infraestructura en salud en municipios que tienen 40% o más de población indígena y cuyo Índice de Desarrollo Humano es bajo. A través del convenio se destinan recursos para fortalecer los centros de salud y redes de servicios, así como para la adquisición de ambulancias y unidades móviles que permitan ampliar la cobertura de Caravanas de la Salud en beneficio de este grupo. Este programa ha sido el principal medio para dar atención médica a la población indígena durante los últimos seis años.
Salud del migrante
Otro importante sector que exigía una atención focalizada y efectiva era el de los migrantes. Un alto porcentaje de los 12 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos no tiene acceso a servicios médicos y los 6 millones de mexicanos indocumentados se encuentran en condiciones graves de vulnerabilidad. El Programa Vete Sano, Regresa Sano ha permitido que se realicen consultas médicas a migrantes, así como intervenciones del paquete garantizado de promoción y prevención para una mejor salud. Esto incluye la activación o actualización de la Cartilla Nacional de Salud, la vacunación contra enfermedades transmisibles y la prevención de problemas nutricionales, de enfermedades infectocontagiosas y crónico degenerativas para este grupo.
Durante la Semana Binacional de Salud y la Semana Nacional de Migración se ofrecieron servicios de salud a los migrantes, mientras que con el Programa para la Salud del Migrante, en el cual también participa la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), se han dispuesto 50 Ventanillas de Salud, una en cada consulado de México en Estados Unidos. De 2007 a 2011 se atendieron cerca de 4.2 millones de migrantes, y de septiembre de 2011 a junio de 2012, alrededor de 548 mil, con el apoyo de los 400 asociados, que van desde gobiernos estatales, locales, universidades, clínicas, hospitales, así como asociaciones filantrópicas y el Consejo Asesor de las Ventanillas de Salud.
RETOS A FUTURO
La esperanza de vida en el país ha aumentado mientras que la mortalidad materna y la mortalidad infantil han disminuido. La capacidad de respuesta del Sistema Nacional de Salud se ha ampliado, y la solución a los problemas hasta hace algunos años irresolubles se ha vuelto más efectiva.
No obstante la mejoría general en la salud de los mexicanos, la población mayor de 50 años tendrá un repunte significativo, por lo que el Sector Salud debe prepararse para afrontar el incremento en las tasas de enfermedades crónico degenerativas, como la diabetes mellitus tipo II, los accidentes y las lesiones. Asimismo, es indispensable fortalecer los sistemas de información y vigilancia epidemiológica para identificar factores de riesgo y lograr controlar —e incluso erradicar— gran parte de las enfermedades infecciosas.
En las últimas décadas, las principales causas de mortalidad en México corresponden a enfermedades crónicas vinculadas con estilos de vida poco saludables y no a las enfermedades transmisibles. Se requiere una actitud proactiva que se anticipe a la enfermedad y favorezca la prevención eficaz ya que los beneficios médicos y económicos superan a los de las intervenciones curativas.
El intercambio y la portabilidad eficaz de los servicios de salud sólo podrán llevarse a cabo si estos son equiparables en calidad y se incorpora a los prestadores de servicios de salud privados para trabajar conjuntamente.
No basta tener fuentes adecuadas y equitativas para dotar de recursos al sistema de salud. Se deben generar mejores procesos administrativos, de compra de insumos y de contratación de recursos humanos, entre otras cosas.
Ahora que se ha alcanzado la cobertura universal voluntaria en salud, es preciso analizar la eficiencia de las instancias estatales de salud en la proveeduría de los servicios, el impacto alcanzado en sus comunidades y la forma como administran los recursos.
La salud es fundamental para el desarrollo, y en esta administración se alcanzó lo que hasta hace poco era un gran anhelo: la cobertura universal voluntaria de los servicios de salud. Hoy todos los mexicanos tienen no sólo derecho sino acceso a servicios de salud.
Se obtuvieron además avances históricos en la prevención. Por ejemplo, en 2012 se logró que todas las niñas de 11 años recibieran la vacuna contra el virus del papiloma humano, algo a lo que anteriormente sólo tenía acceso un sector de la población.
Nunca antes en la historia se había enfrentado un reto como la aparición de la pandemia de influenza a(h1n1) en 2009. Ante este acontecimiento, México demostró su capacidad de respuesta y reacción para impedir que esto se convirtiera en un problema mundial.
Ya se dieron los primeros pasos en la integración de los servicios de salud, de tal manera que todos los servicios que de una u otra forma ofrece el Estado mexicano por medio de alguna de sus instituciones (imss, issste, Servicios estatales, entre otros) deberán responder a los estándares de calidad que los mexicanos merecen. México ha construido una plataforma que permite ver el futuro con optimismo y que será posible seguir avanzando en uno de los temas en los que el Estado mexicano ha sido más consistente: la salud de toda la población.